La Edad de Oro de los Transatlánticos
Fueron diseñados para transportar a la nobleza, en opulentos salones decorados al estilo de las más hermosas mansiones europeas, pero también para trasladar a los inmigrantes más pobres desde el viejo mundo hacia las puertas del nuevo. Testigos de tiempos felices y espantosas contiendas; frecuentemente protagonistas de desgarradoras tragedias. Con mares tranquilos o furiosos, estos monumentos móviles al lujo y a la tecnología, fueron durante más de una centuria la única forma de unir los continentes… Hasta que con la aparición de los jets de línea ahora el mar se cruzaba tan solo en horas y no en días. Los transatlánticos, entonces, dejaron de ser rentables y uno a uno fueron desapareciendo, llegando así el fin de su romántica era.